Con cierta frecuencia durante las consultas con mis pacientes, algunos me manifiestan confusión con respecto al defecto visual que presentan y por el cual deben usar lentes recetados, y cuando les piden explicar su problema visual, no lo tienen muy claro. Yo les digo que para comprender mejor, lo primero es entender cómo funcionan nuestros ojos:
El ojo recibe los rayos de luz, que penetran a través de la pupila, para cruzar el cristalino y llegar a la retina. Esta luz se transforma en señales eléctricas gracias a las células fotosensibles de la retina y son enviadas al cerebro directamente.
El que acabo de describirte, es el proceso de visión normal, que de darse correctamente, nos daría como resultado una visión nítida. Sin embargo no siempre es posible que sea así debido a defectos o imperfecciones en la anatomía de nuestros ojos (como la longitud total o la curvatura de la córnea), que les impiden enfocar con nitidez las imágenes sobre la retina, causando visión borrosa.
Los principales defectos refractivos son la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia. Piensa en las dificultades visuales que te aquejan hoy y, de acuerdo a la descripción que te presentamos en el siguiente recuadro, identifícate en una de ellas para que comprendas mejor por qué y cómo se produce:
¡No pierdas de vista tu salud visual!
Los problemas refractivos se tratan con gafas recetadas; estas se fabrican con curvas precisas para refractar la luz en el grado necesario para que puedas compensar tus defectos de refracción y hacer que la luz se enfoque en la retina.
Por eso, si tienes dudas sobre tu agudeza visual porque no enfocas bien o sientes tus ojos muy cansados, es momento de acudir a la óptica más cercana y realizarte un examen óptico. Recuerda que con solo una fotografía de este examen nuestro sistema óptico automático te recomendará las mejores opciones de lentes y monturas para el cuidado de tu salud visual según la necesidad que estés presentando.
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